jueves, 23 de junio de 2016
jueves, 16 de junio de 2016
DESCUBRIMIENTO
Y DESARROLLO DEL RADAR
En los
momentos anteriores a la II Guerra Mundial, Robert Watson, físico y director
del Laboratorio de Investigación de Radio y su ayudante, el físico Arnold
Wilkins, estuvieron a cargo de la invención de un “rayo de la muerte” que sería
utilizado en esa guerra.
La idea
de Watson era elevar la temperatura del piloto atacante a 41° C
aproximadamente, para que al provocarle fiebre, quedara incapacitado.
Wilkins
pensó que, como el cuerpo humano contiene alrededor de cuatro litros de sangre
y químicamente hablando es casi agua, un rayo que elevara su temperatura a 41°
C por radiación de radiofrecuencia, sería equivalente a uno de la muerte. Como
lo escribió el propio Wilkins:
“Mi
cálculo mostró que, como era de esperarse, se necesitaba generar una potencia
enorme a cualquier frecuencia de radio para producir fiebre en el cuerpo de un
piloto de avión, aun en el improbable caso de que su cuerpo no estuviera
protegido por el metal del fuselaje [...]. Como nada cercano a dicha potencia
se podía producir, era claro que no era factible un rayo de la muerte por medio
de la radio. Le dije esto a Watson Watt al darle mi cálculo y me respondió:
Bien, si un rayo de la muerte no es posible, ¿cómo podemos entonces ayudarles? Yo
contesté que los ingenieros de la Oficina de Correos se habían dado cuenta de
perturbaciones en la recepción de muy altas frecuencias cuando algún avión
volaba en la vecindad de sus receptores y que este fenómeno podría ser útil
para detectar aviones enemigos”.
APLICACIONES
La
palabra o término “RADAR” proviene de “RAdio Detection And
Ranging”, un método utilizado para conocer la localización y velocidad de objetos. El Radar funciona
transmitiendo una señal y midiendo el tiempo que tarda en ir y regresar del objeto donde rebota.
El
RADAR ha sido empleado en tierra, mar, aire y espacio. Los RADARES de tierra
han sido aplicados usualmente a la detección, localización y seguimiento de
aeronaves u objetos espaciales. Los RADARES situados en los barcos son usados
para ayuda a la navegación, para la localización de boyas, orillas u otros
barcos y así como para observar aeronaves. Los RADARES en vuelo pueden usarse
para la detección de otras aeronaves, barcos o vehículos de tierra, e, incluso,
para el mapeo de la superficie terrestre (construcción de mapas en relieve,
etc). También en esta coyuntura se emplean para la previsión de tormentas y
para la navegación. En el espacio el RADAR tiene utilidad en el guiado de
aeronaves así como en aplicaciones de remote sensing sobre la tierra y el
mar. Sin embargo, el mayor usuario del
RADAR, y máximo contribuidor a la mayor parte de su desarrollo, ha sido el
colectivo militar; aunque ha habido un importante incremento en el número de
aplicaciones civiles (especialmente en los ámbitos de la navegación marítima y
aérea).
La Fuerza Aérea, sin lugar a duda, es una Institución profundamente enraizada en el alma nacional, por ser la heroica defensora de los cielos de la patria y uno de los puntales fundamentales en el desarrollo nacional, apoyando a los sectores más desprotegidos y desatendidos en las diversas latitudes de nuestra privilegiada geografía andina, tropical, amazónica e insular, con una diversa gama de características únicas.
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